lunes, 11 de mayo de 2015

Mi fin de semana en Cádiz

¡Hola a todos!
He tenido el privilegio de hacer un viaje relámpago a Cádiz y tengo que deciros que ha sido intenso, MUY INTENSO. 
El viernes por la mañana tenía que coger el avión rumbo a Jerez y estaba tan nerviosa que pensaba que no lo conseguiría, que no llegaría a tiempo al aeropuerto, que la maleta pesaría demasiado, que se estrellaría el avión... Paranoias propias de los nervios, porque no pasó ninguna de las catástrofes que imaginé, gracias a Dios.
En Jerez me estaba esperando mi querida compañera Ahna Staurus, que me llevó a Puerto Real, al encuentro de nuestra agente literaria, Noe Guardia, una mallorquina muy cariñosa que me hospedó en su casa. Mil gracias a las dos. Después de comer, salimos las tres locas rumbo a Sanlúcar de Barrameda. ¿No os creéis que estemos locas? Os dejo una foto que lo demuestra:


En Sanlúcar me estaba esperando una amiga estupenda a la que conocía solo por Facebook y que en persona me robó el corazón. Es abogada y representa a algunos autores de prestigio, si necesitáis ayuda con vuestros contratos, ella es la mejor candidata. Nuria nos había preparado la presentación de nuestros libros, poniéndose en contacto con Manuel, el presidente del Ateneo de Sanlúcar, un hombre muy atento y cercano, con muchísimas ganas de impulsar la cultura. Desde aquí quiero darles las gracias a ambos, porque nos hicieron sentir muy apreciadas y cómodas.
La presentación fue muy bien, cercana y natural, con mucha asistencia y muchas risas.


Nos acompañaron el dúo Señor Gris, que nos deleitaron con sus canciones, y las chicas del Blog Libros hasta el amanecer, muy simpáticas y divertidas que hicieron la foto en la que estoy con ellas y un vídeo con la crónica del evento. Os dejo el enlace para que no os lo perdáis:


Muchas gracias, Amarie y kayima, sois geniales.


Después de la presentación, Nuria y su familia nos llevaron de tapeo por Sanlúcar y nos hicieron pasar un rato estupendo.
Al día siguiente tocaba madrugar para el Big Bang Novel, un evento que organizó Multiverso Editorial, la editorial a la que pertenezco, y que salió a pedir de boca.
Hubo cinco mesas de presentaciones, en las que los autores que participamos pudimos darnos a conocer y hablar de nuestras obras con igualdad, en un ambiente cálido y distendido.
Estas son algunas de las fotos que hizo Stefano, de mi mesa de presentación:













Se debatieron dos temas muy interesantes: «Calidad frente a comercialidad» y «¿Está todo inventado?». Inevitablemente, ambos acabaron girando alrededor de la novela romántica, aunque el evento acogía otros géneros. Con respecto al primero, creo que las editoriales se han encontrado con una fuerte demanda en romántica y que han tenido que responder con lo que han podido, lo que ha rebajado la calidad de las obras. También creo que la crisis que ha afectado a nuestro país, también ha dañado el mundo editorial, que, en muchos casos, ha prescindido del sueldo del corrector y se nota. Es evidente que hay obras de calidad, por supuesto, pero es una pena que los lectores tengan que quejarse de que algunas lecturas les han hecho «sangrar los ojos». También se mencionó la calidad de los contenidos y se discutió sobre si los personajes, sin olvidar que viven en la ficción, son o no creíbles.


El segundo debate también estuvo reñido, pero la postura general coincidió en que, a pesar de que los elementos básicos que dan vida a una historia puedan ser repetidos, cada autor les da vida y los utiliza a su manera. La creatividad es inagotable, pero salió a la luz que, lamentablemente, algunos autores se dejan llevar por las modas y crean historias demasiado similares a las exitosas.
El dúo Señor Gris nos acompañó con sus canciones y, al finalizar se dio paso a la entrega de premios Big Bang Novel. Los ganadores que escogieron los lectores y cinco blogs  fueron:
La mejor portada, para «Crónica de un deseo», de Dama Beltrán.
La mejor novela, para «De rodillas», de Malenka Ramos.
El mejor protagonista masculino, para Matt Cambell en «La chica del servicio», de Patricia Geller.
La mejor protagonista femenina, para Adela en «Santa Valentina tiene un plan», de Regina Roman.





Personalmente, disfruté muchísimo de encontrarme con todo el equipo de mi editorial, la Familia Multiverso, y de volver a ver a algunos de mis queridos amigos del sur, a los que quiero un montón. Muchísimas gracias por hacer el esfuerzo de desplazaros para venir a verme, y por pasar tiempo conmigo y hacerme sentir tan querida.




Al acabar el evento, ignoramos el cansancio y aprovechamos la ocasión para tapear un poquito y visitar la feria. Para esta última parte, debería hacer una crónica independiente, porque fue toda una aventura cómo parte de la family Multiverso cruzó un sembrao para llegar a la feria, cómo una venezolana bailonga, una sevillana loca, una mallorquina agotada pero dando el cayo y una catalana rumbera hicieron pasar vergüenza a unos gaditanos que, al final, lograron olvidarse de los conocidos y se dejaron llevar por las locas bailonas de sus acompañantes hasta las cuatro y media de la madrugada. Lo pasamos genial, y aunque el domingo dormí toda la tarde y hoy todavía estoy fuera de juego, volvería a reunirme con ellos con los ojos cerrados.
Desde aquí, gracias a todos los que hicisteis que mi paso por Cádiz fuera inolvidable. ¡El año que viene, más!

martes, 5 de mayo de 2015

El ataque de los dravec

Fragmento de «La luz de Derkac. Recuerdos»:


«...
¡Ángel, no! ¡No, por favor! ¡No puedes estar muerto! –sollocé dándole la vuelta.
Acerqué la lámpara para verle mejor la cara. Su camisa estaba manchada por un círculo pequeño de sangre que rodeaba el dardo que tenía clavado en el pecho. Tiré de él con fuerza para desprenderlo de su cuerpo. Ángel no se movió.
Ángel, por favor, quédate conmigo... Por favor... no puedes dejarme... Me prometiste que estaríamos juntos. Ángel... por favor...
Apoyé mi oído contra su pecho. Su corazón se oía muy débil. Bombeaba lentamente, casi parado, como si cada latido supusiera un esfuerzo demasiado costoso. Pero, estaba vivo, y eso era lo único que me importaba. Todavía había esperanza por pequeña que fuera. Las lágrimas impedían que lo viera con claridad. Pero Ángel, mi Ángel, seguía allí. Cada pulsación suponía una nueva oportunidad, quizá la última para salvarlo.
Tenía que hacer algo. No podía soportar la idea de perderle para siempre, de dejarle ir. El dardo me pareció demasiado pequeño para ser mortal, pero la forma en la que había caído, quedando inconsciente en el acto... ¡Los dardos estaban envenenados!
Le abrí rápidamente la casaca. Un papel grueso se le cayó del bolsillo, pero no tenía tiempo de pararme a comprobar qué era. Busqué el remedio milagroso de su abuela, que colgaba de la bolsita de su cinturón. Saqué rápidamente la botellita de cristal que contenía el ungüento y le desabroché la camisa, dejando al descubierto una pequeña herida, casi imperceptible de no ser por el hilillo de sangre que brotaba de ella y un círculo azul que empezaba a extenderse bajo la piel que la rodeaba.
Volqué el bote medicinal sobre mi mano, primero con cuidado para no derramar demasiado del preciado bálsamo, pero después lo puse completamente boca abajo y lo golpeé sobre la palma de mi mano con ansiedad. Horrorizada, me di cuenta de que ¡estaba vacío! No quedaba ni una gota de la medicina que lo curaba todo. Recordé el ataque de Grozno. Ángel había gastado todo el remedio, curándome. Maldije el día que se me ocurrió escaparme y todas las cosas desagradables que habían ocurrido por tomar esa decisión... ¡Todo era por mi culpa! Y, si Ángel moría, no podría cargar con ese peso.
Desesperada y medio enloquecida, introduje el dedo meñique en la boca del frasco de cristal, intentando rescatar cualquier residuo del ungüento que pudiera haber quedado adherido a las paredes.
Froté mi dedo contra la lesión y los alrededores, con la esperanza de que ocurriera un milagro. Continué masajeando la herida para que cualquier partícula de ungüento que hubiera podido rescatar, penetrara profundamente y transportara la sanidad por el torrente sanguíneo, pero no pasó nada. Ángel no se movió; ningún gesto que me indicara que lo que hacía estaba funcionando. No había ningún efecto.
La mancha azul seguía creciendo, tiñendo las venas a su paso, trazando el mapa sanguíneo de todo lo que el veneno iba conquistando. La esperanza de que ocurriera un milagro se esfumaba por segundos. Impotente, lloré desconsolada sobre su pecho, segura de que esos eran sus últimos momentos de vida. ¿Qué más podía hacer? ¿Despedirme? ¿Desearle que descansara en paz? ¿Podría oírme? Recordé el consuelo que Ángel sentía al escucharme cantar y deseé con todas mis fuerzas que sus oídos funcionaran y le hicieran llegar la melodía a su subconsciente. Con la voz entrecortada por el dolor que sentía, entoné la nana que le había cantado en el establo. Habían pasado 21 escasos días desde nuestro primer encuentro, pero en ese momento, después de todas las cosas que habíamos pasado juntos, me pareció una eternidad.
Poco después de iniciar la melodía, Brandon empezó a moverse con dificultad. Por suerte, mi arrebato de cólera incontrolable, no lo había matado. El dravec con el que él había estado luchando y que había caído a su lado, se levantó tambaleándose. Y, dando bandazos, elevó un torpe vuelo que le hizo desaparecer en la oscuridad de la noche.
Brandon, con las piernas todavía temblorosas, consiguió ponerse en pie y se unió a nosotros, desconcertado. Frunció el ceño al ver la mancha azul que ya subía por el cuello de Ángel. Recogió el dardo del suelo y, después de examinarlo, lo olfateó. Se puso muy pálido y volvió a mirar la herida.
¡Maldición, es nuodai! El veneno más mortífero que existe –anunció, cayendo de rodillas al lado de su primo.
Ignoré la desesperación que envolvía sus palabras. Si conocía el veneno, también sabría cuál era su antídoto. Esa era la esperanza a la que quería aferrarme.
Brandon, por favor, dime ¿qué necesita?, ¿cuál es la cura?, ¿qué podemos hacer para salvarlo?
Ese es el problema, Anaís. El nuodai no tiene cura; ni siquiera el ungüento de la abuela Mariel es eficaz contra él. No hay nada que podamos hacer. En cuanto el veneno llegue al cerebro, dejará de respirar y morirá –sentenció con la voz pastosa; estaba tragándose las lágrimas.»

Escenarios de «La luz de Derkac. Recuerdos»

¡Hola a todos!
Estos son los escenarios en los que se desarrolla la segunda parte de Derkac.
Este se titula «La huida». Es la ruta que ha establecido Ángel para llegar a Soya, el pueblo marítimo en el que hay una puerta de teletransporte que los llevará a Heladia de Velika. Es un camino lleno de peligros. ¿Conseguirán llegar a su destino?


Esta ilustración la he titulado «Treffen», porque ese es el nombre del campamento que representa. Es el encuentro internacional al que asisten los jóvenes de las cuatro tierras de Talamah, con edades de quince a veinticinco años. Anaís solo ha asistido una vez, y, por extraño que parezca, ha olvidado muchas de las cosas que vivió allí. Sin embargo, en este viaje encontrará un diario que activará esos recuerdos. ¿Qué sucedió en el Treffen de hace dos años?


No te pierdas las trepidantes aventuras de esta historia de fantasía.

Viajo a Cádiz

¡Hola a todos!
Faltan solo unos días para mi viaje al sur de España, ¡qué emoción! Tengo muchas ganas de conocer en persona a algunos amigos que he hecho en Facebook, y de reencontrarme con otros que son muy especiales para mí.
Para los que sintáis curiosidad, o para los que tengáis ganas de conocerme y viváis por esa zona, os cuento mi itinerario:
El viernes 8 de mayo estaré en Sanlúcar de Barrameda, un pueblo que me acoge con mucho cariño y que tengo muchas ganas de visitar. Allí presentaré las dos primeras partes de mi trilogía. 


El sábado 9 de mayo estaré en Puerto Real, en un evento literario cargado de actividades y en el que también presentaré mi libro. Este es el programa:

Será un viaje relámpago porque el domingo estaré de vuelta en mi casita para celebrar el cumple del más pequeño de mis hijos. Así que ya sabéis, si estáis cerquita, me hará muchísima ilusión veros. ¡Gracias por adelantado!

Destroza este diario

¡Hola a todos!
Os traigo una nueva recomendación. En esta ocasión no os presento un libro de lectura, pero sí un libro que os entretendrá muchísimo. Olvidaos de la Play, la Wii, la tablet, el móvil y todos esos aparatos sin los que creéis que no podéis divertiros. ¿Alguna vez habéis dibujado en los márgenes de un libro del cole por puro aburrimiento? (¡Muy mal, eso no se hace!) ¿Dibujáis en la libreta o en la mesa mientras la profe os explica las virtudes de las matemáticas? (¡Concentraos, por favor!). Confieso que yo dibujaba hasta en las paredes de mi casa, para horror de mi padre...
Quizás os estéis preguntando por qué os cuento esto. Pues veréis, lo que quiero es recordaros que dibujar, garabatear, recortar, rasgar, romper... mola, y con este libro podréis hacer todo eso y más. Es un arma perfecta contra el aburrimiento. Os librará de las largas esperas del médico, de la eternidad de un viaje largo, de las tardes de lluvia, del tiempo de la siesta... ¡Probadlo y ya me contaréis!