viernes, 31 de octubre de 2014

Miedo


Un sudor frío recorre mi piel. El miedo atenaza mi garganta. Mi corazón cabalga desbocado en una huida despavorida. Intento huir con él, pero estoy paralizada, algo me retiene. Cuerdas, aunque no estoy segura. No veo bien, ¿qué me pasa? ¿Estoy drogada?
Se qué vienen a por mí, me persiguen. Aterrorizada, empiezo a hiperventilar. No consigo que mis pulmones se llenen del oxígeno que necesito. Me revuelvo desesperada. Voy a morir, lo sé. Quiero gritar, pero mis cuerdas vocales no responden.
Entonces, alguien me zarandea bruscamente. Abro los ojos desorbitados y oigo una voz familiar que masculla:
-¡Siempre tienes que enrollarte en el edredón! ¡Qué frío!

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