Odiaba sus cumpleaños desde los 15, siempre la decepcionaban. Las
fiestas nunca llegaban a ser sorpresa y los regalos raras veces eran lo
que deseaba. Sin embargo, ese año sería diferente. Se había mentalizado
tanto que lo disfrutaría.
Abrió los ojos y se llevó una estupenda sorpresa. "¡Por fin!", pensó.
Todos sus familiares y amigos estaban allí y decían de ella cosas preciosas.
No faltaron las velas y le regalaron flores, muchas flores que inundaban la sala con su fragancia.
La fiesta hubiera sido un éxito si esa caja de pino no le hubiera resultado tan incómoda y sus invitaciones no hubieran tendido tan poco glamour... ¡parecían esquelas!
Abrió los ojos y se llevó una estupenda sorpresa. "¡Por fin!", pensó.
Todos sus familiares y amigos estaban allí y decían de ella cosas preciosas.
No faltaron las velas y le regalaron flores, muchas flores que inundaban la sala con su fragancia.
La fiesta hubiera sido un éxito si esa caja de pino no le hubiera resultado tan incómoda y sus invitaciones no hubieran tendido tan poco glamour... ¡parecían esquelas!
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